Podemos decir que Donington Park se ha despedido del Mundial de una forma típicamente británica: un día de verano con lluvia y tiempo cambiante. No vendría mal esta climatología de no ser porque nos encontramos disputando carreras de motos, y el agua y las motos no combinan de forma correcta.

Además, se ha dado la peor de las combinaciones posibles: no llovía con fuerza, y cuando lo hacía no era de forma continuada sino a ráfagas, y no con la misma fuerza en todo el circuito. De este modo nos hemos encontrado en una circunstancia muy similar a la de la anterior carrera, sobre todo por la incertidumbre con que teníamos que afrontar la prueba, aunque en este caso ha sido peor que en Sachsenring, porque aquí la climatología ha sido cambiante a lo largo de las carreras, en especial en 250 y MotoGP.

En 125 la prueba se tuvo que interrumpir por la lluvia y eso dio pie a una carrera a sólo cinco vueltas, una distancia muy corta, pero así son las normas. Fue una carrera en la que no había posibilidad de desarrollar estrategias, y la única actitud posible fue la intentar posicionarse lo mejor posible en la salida y evitar los errores. Así hemos visto como esos fallos, por precipitación o por exceso de confianza, han llevado al suelo a varios líderes de la prueba, tanto en la primera como en la segunda carrera: Gadea, Espargaró, Smith, Márquez... En cambio, otros que han sabido manejarse con más cautela, como Simón, como el propio Terol, han salido de Donington con una recompensa muy valiosa.

Malas condiciones en el cuarto de litro

Creo que las peores condiciones son las que han padecido los pilotos de 250. Las circunstancias han sido muy similares a las de MotoGP, pero a diferencia de la categoría superior, en el "cuarto de litro" no se puede cambiar de moto. Además, sólo unos pocos pilotos disponen de una segunda unidad. La carrera de 250 fue declarada en  mojado, y por tanto no se detendría en caso de llover. Si se daba la circunstancia de tener que entrar en "boxes" para cambiar de neumáticos, la maniobra implicaba un tiempo muy grande además de un importante riesgo por la tensión que se vive en esos momentos.

Ese largo tiempo de parada en "boxes" creo que ha sido clave para que la mayoría de los pilotos optaran por mantenerse toda la carrera con neumáticos de seco. Cualquiera de los pilotos de cabeza que se hubiera atrevido a cambiar de neumáticos habría sacrificado un resultado firme por la incertidumbre de una mejora que estaba nada clara. Quizás éste sería un punto a revisar en el futuro, pero con la llegada de Moto2 al Mundial, y una vez confirmado que sólo habrá una moto por piloto, no habrá opción a cambios de moto como en MotoGP. Aportaría seguridad a los pilotos, porque hoy en Donington han tenido que enfrentarse en algunos momentos a una pista que se ha vuelto terriblemente peligrosa al verse obligados a correr con neumáticos de seco.

Nosotros tuvimos la opción de poner a Axel "slicks" para tener una lectura real de las condiciones de la pista a través de sus tiempos, y las conclusiones a las que llegamos es que no valía la pena el tiempo que se iba a perder entrando en "boxes" y cambiando de ruedas frente a la ganancia que podría reportarnos.

Estrategias arriesgadas

En MotoGP también nos encontramos en circunstancias similares. Sorprendentemente, Ducati hizo una apuesta arriesgada y no acertó; lo normal es salir a carrera con la misma configuración que el resto de la parrilla, pero en esta ocasión apostaron fuerte en el "box" del equipo italiano, aunque sin suerte. La lluvia mojó la pista ligeramente, pero no forzó a los pilotos a cambiar de ruedas.

Sólo unos pocos se atrevieron a hacerlo, pero tardaron mucho en dar ese paso, y al final no pudimos ver las ganancias que se consiguieron con esta maniobra en otras carreras. Lo que sí vimos fue lo difícil que es manejarse en estas condiciones. Las caídas de Elías y Lorenzo, al tocar levemente la línea blanca del borde de la pista, o la de Rossi, simplemente entrando en la "chicane" en un punto en el que apenas se da gas, revelan los bajos niveles de agarre de la pista.

Pero aún así vemos que las carreras, y sobre todo en estas circunstancias, son cuestión de confianza. Confianza como la que ha tenido Dovizioso, que se ha mantenido delante en todo momento soportando la presión, o la que ha demostrado Edwards, en una brillante remontada que le ha llevado al borde de la victoria. La de hoy no ha sido una carrera con un bello enfrentamiento ni una encendida disputa por el triunfo, pero sí ha tenido una intensidad que nos ha mantenido en vilo a lo largo de sus treinta vueltas.