Una vez más hemos tenido un Gran Premio en el que la aparición de la lluvia ha terminado marcando el desarrollo de la carrera. Mientras que las carreras de 125 y MotoGP se han podido desarrollar con absoluta normalidad, aunque no exentas de inquietud por las amenazantes nubes que rodeaban el circuito de Sachsenring, la prueba de 250 se ha visto completamente trastocada por un breve chaparrón que ha obligado a interrumpir la carrera en la primera vuelta. Esto ha sido definitivo en el desenlace posterior de la carrera.

La mayoría de las escuderías de la categoría hemos pasado por unos momentos de mucha tensión, puesto que estamos trabajando con una sola moto y ello nos obligaba a tomar decisiones muy rápidas y trascendentales en muy pocos minutos. No era fácil optar por un reglaje para carrera porque las condiciones climatológicas no eran nada claras. De hecho, la lluvia sólo cayó durante unos minutos, durante los primeros momentos de la primera salida, y aunque posteriormente se declaró la carrera en mojado, ya no volvió a llover y se pudo realizar la carrera en óptimas condiciones. No obstante, recortar en diez vueltas la distancia original de la carrera, algo que está estipulado por el reglamento deportivo del Mundial -que dice que en las circunstancias que se dieron en Sachsenring la carrera pasará a disputarse sobre dos tercios de la distancia original-, condicionó totalmente el desarrollo de la misma.

Las primeras vueltas no fueron fáciles para los pilotos porque es en esos primeros compases cuando se perciben las sensaciones de la pista, y han de manejarse con suma precaución para evitar errores. Por eso hemos visto a los líderes del campeonato, a Aoyama, Bautista y Barberá, ser muy cautos en esos compases iniciales, mientras que otros como Debón o Simoncelli, mucho más retrasados que éstos en la clasificación provisional del campeonato, han arriesgado en busca de un resultado porque no tenían nada que perder. Esas primeras vueltas en las que Debón y Simoncelli han logrado unos segundos preciosos han marcado el desarrollo de la carrera y les han permitido alzarse hasta las dos posiciones más altas del podio. Si la carrera hubiera durado alguna vuelta más, es probable que Simoncelli y Debón no hubieran aguantado el ritmo del trío que les seguía, que llegaron con un ritmo superior en las últimas vueltas de la prueba.

Seguramente, con una carrera disputada a 29 vueltas, la distancia originalmente marca, el desenlace habría sido diferente y las estrategias de unos y otros también habrían sido distintas. Pero ésta fue la carrera que nos tocó correr, y creo que el balance no ha sido malo para nosotros, porque el quinto puesto de Héctor Barberá, que optaba a un resultado ciertamente mucho mejor en claras condiciones de seco, le permite seguir en tercera posición del campeonato, y no lejos de los líderes de la categoría.

También quiero destacar la excelente carrera de MotoGP, donde nuevamente Rossi y Lorenzo nos han ofrecido un excepcional espectáculo. La carrera no ha tenido la sucesión de adelantamientos con que nos deleitaron en el Circuit de Catalunya, pero ha sido igualmente intensa y no se ha decidido hasta que no ha caído la bandera de cuadros. Rossi tiene en Lorenzo a un serio competidor que carrera a carrera se confirma como el hombre con el que tendrá que disputarse el título de la presente temporada. También quiero destacar el buen hacer de Dani Pedrosa, en franca mejoría tras haber superado los problemas físicos que le han acosado en anteriores carreras.

Los podios de Lorenzo y Pedrosa han puesto el colofón a una jornada histórica para el motociclismo español. En Sachsenring sólo logramos una victoria, la de Julito Simón en 125, pero sumamos un total de siete podios sobre nueve posibles, una efectividad que nadie ha alcanzado en tiempo reciente en el Mundial. Simón lidera en 125, con Sergio Gadea en segunda posición, y Nico Terol en quinta, mientras que en 250 tenemos a Bautista segundo y a Barbera tercero; y en MotoGP Lorenzo es segundo y Pedrosa, cuarto. Todo esto viene a confirmar la excelente situación por la que pasa el motociclismo español, que alcanzado ya el ecuador del campeonato tiene opciones a los tres títulos que hay en juego. Y no son meras opciones matemáticas; se trata de hechos que, mientras que no se produzca un cambio de tendencia en el campeonato, son totalmente viables y se pueden materializar.

Ésta es una semana clave para el desenlace del campeonato, ya que dentro de cinco días estaremos en Donington Park para disputar el Gran Premio de Gran Bretaña. Es crucial para nuestras aspiraciones en conjunto superar la carrera británica sin contratiempos. Si se sale de Donington en tan buen estado de forma como hasta ahora, entraremos en la recta final de la temporada, que se abre a partir del Gran Premio de la República Checa del próximo 16 de agosto, con firmes opciones de éxito.